6 cuidados para tus perros en primavera

 

 

 

 

 

 

 

Alergias

Al igual que nos ocurre a los humanos, en primavera nuestros animales pueden verse afectados por el polen y sufrir algunos síntomas como lagrimeo, estornudos, picores… En estos casos debemos acudir al veterinario que le realizará las pruebas necesarias y le asignará el tratamiento oportuno para combatir la alergia en caso de ser detectada..

Picaduras
Con la subida de las temperaturas la actividad de los insectos (abejas, arañas…) aumenta. Los síntomas de su picadura son múltiples, pero lo más importante es estar alerta de posibles inflamaciones en la boca o la garganta, que pueden generar graves insuficiencias respiratorias o incluso asfixia.

Esta enfermedad se propaga a través de la picadura de los mosquitos, sobre todo del Phlebotomus que habita en la cuenca mediterránea. Algunos de los síntomas son: pérdida de peso, caída del pelo, hemorragias nasales, diarreas… Existe vacuna contrala leishmaniosis, pero también podemos proteger a nuestros perros utilizando productos repelentes o antiparasitarios externos.

Procesionaria
Las orugas del pino o procesionarias descienden de su nido en lo alto de los pinos entre febrero y marzo. Bajan por el tronco una detrás de otra, como en una procesión (de ahí su nombre). Están recubiertas por pelos urticantes que al clavarse en la piel liberan una toxina muy peligrosa, sobre todo si se clavan en la lengua o en la laringe. La única forma de evitarlas es alejarse de los pinares.

Parásitos externos
Las pulgas y las garrapatas son los eternos enemigos de nuestra mascota. Estos parásitos se alimentan de su sangre y pueden provocarles hemorragias, además de transmitirles distintas infecciones y enfermedades. Al igual que con los mosquitos y otros insectos, podemosprevenir estos parásitos utilizando distintos productos.

Espigas 
Las espigas son abundantes en zonas campestres pero también están presentes en parques urbanos. Las semillas que desprenden pueden clavarse en zonas sensibles como los ojos, la nariz o los oídos provocando diversas infecciones o inflamaciones (otitis, úlceras corneales…). Los perros de pelo largo son más propensos a este problema, pues su pelaje facilita la adherencia de las semillas. 

Por eso, si acostumbramos a pasear a nuestra mascota en lugares donde abundan las espigas, lo mejor es cortarle el pelo y hacerle una revisión después de cada salida. Si observamos alguna espiga clavada, tendremos que llevarlo rápidamente al veterinario para que la extraiga cuanto antes.

Fuente

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