La salud dental de mi amigo.

Aprender a inspeccionar la boca de tu perro es casi tan importante como comprometerte a limpiarla, así que revisa las fauces de tu mascota todas las semanas. Con respecto al cepillado, a partir de los cuatro meses, tu amigo necesita una dosis diaria. Si el tuyo tiene mal aliento, quiere decir que le han faltado varias limpiezas. El mal aliento no es normal en los perros y, por lo tanto, delata una acumulación de bacterias. Si estuviera viviendo en medio de la naturaleza, el animal comería hierbas silvestres que lo ayudarían a reducir la placa y los gérmenes. Pero como no es el caso, cepillar los dientes de tu mascota es tu tarea, pídeles a tu veterinario que te guíe y empieza a practicar con estos consejos:

Usa un cepillo de dientes viejo. Es probable  que al principio no le guste mucho, así que hazlo poco a poco y suspéndelo si tu perro se irrita, aun cuando no hayas limpiado toda su boca. Puedes ir aumentando el tiempo de cepillado a medida que se acostumbre.

Trata de hacerlo después de que el perro haya hecho bastante ejercicio, para que esté más predispuesto a quedarse quieto. Háblale con voz calma y placentera mientras le cepillas los dientes, y prémialo con una golosina saludable al terminar. En poco tiempo, empezara a desear el momento del cepillado.

No uses tu pasta de dientes con tu perro. La mayoría de los dentífricos para seres humanos tiene flúor, que es extremadamente venenoso para ellos. Compra pasta dental formulada para canes.

Elige alimento seco. Si el cepillado de dientes produce sangrado, inflamación o lágrimas, hay otras opciones para mejorar la salud dental de tu amigo. El alimento para mascotas crocante es mejor para sus dientes que el blando, porque éste suele quedarse pegado a los dientes y provoca caries.

Dale a masticar huesos y juguetes especiales para limpiar los dientes. Existe una gran variedad, específicamente diseñada para fortalecer las encías y dientes de los perros. Pero asegúrate de darle objetos seguros y flexibles, porque los duros pueden romperle los dientes.

Cuándo llevarlo al veterinario:

  • Excesivo mal aliento.
  • Cambio de hábitos al comer o masticar.
  • Picazón evidente en la cara o la boca.
  • Salivación excesiva.
  • Dientes descoloridos, rotos, faltantes o partidos.
  • Encías enrojecidas, inflamadas, doloridas o sangrantes.
  • Incrustaciones de sarro amarillento a lo largo del borde de la encía.
  • Bultos o pólipos dentro de la boca.

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