Shih Tzu
El Shih Tzu es originario de China donde había sido un animal sagrado en los palacios. Sus ancestros son unos perros procedentes del Tíbet llamados Lhassa Apso, que el Dalai lama habría regalado a los emperadores chinos hacia el siglo XVII. Debido al aislacionismo chino, los cruces de razas se llevaban muy en secreto, pero se supone que estos perros tibetanos se cruzaron con el Pekinés dando como resultado el Shih Tzu. Hasta principios del siglo XX el Shih Tzu no se conoció fuera de China.
El Shih Tzu es independiente, juguetón, curioso y siempre intentará que se haga su voluntad. Le encanta estar pegado a sus dueños y ser mimado pero también le gusta disfrutar de cierta libertad. A veces puede parecer que ignore las órdenes, hay que mandarlo con amabilidad y firmeza para que surga efecto. Es un perro muy sociable, tanto con perros como con otros animales, especialmente los gatos. Con los extraños se muestra afable.
El Shih Tzu requiere un cuidado de pelo diario, ya sea para prevenir que se le enmarañe o para evitar rasguños en los ojos. Es un perro que también demanda una limpieza regular de la dentadura. Es recomendable que no esté expuesto a altas temperaturas y limpiar las deposiciones para evitar que se las coma.