Dobermann
Los primeros Dobermann aparecieron allá por 1885 de mano de su creador Friedrich Louis Dobermann, un alemán pluriempleado que llenaba las horas trabajando en el matadero, recaudando impuestos y ejerciendo de encargado en la perrera. A menudo tenía que transportar grandes sumas de dinero por los bosques de Turingia y para evitar los asaltos, decidió rodearse de perros firmes y fuertes. No se sabe exactamente que perros utilizó para crear la raza, fue todo muy rudimentario y no dejó ningún escrito. Pronto la fama de sus perros llegó a oídos cinófilos, que se interesaron por el nuevo perro y siguieron mejorando la raza.
El Dobermann es inteligente, dominante, altivo, sensato y con un fuerte carácter. Es independiente y a la vez siente un gran apego por sus dueños. Tiene un alto instinto de protección del territorio por lo que es un buen perro para la vigilancia. También es un perro observador y con una gran memoria. Se lleva bien con los niños si éstos se comportan correctamente.
Debido al carácter del Dobermann, su dueño ha de ser firme y autoritario, y ha de saber tener calma y paciencia con el perro. El Dobermann tiene un pelo muy corto y no le conviene un clima demasiado frío.