Perro de la Montaña de los Pirineos
Es probable que el Montaña de los Pirineos descienda del Dogo del Tíbet, introducido en Europa durante las invasiones asiáticas. Las primeras pruebas escritas sobre la existencia de la raza datan de finales del siglo XIV, en ellas se explica que el perro se empleaba para guardar los castillos de Foix, Orthez y Carcasona. Durante siglos, este perro se ha utilizado en la zona francesa de los Pirineos como guardián, perro de carga y, sobre todo, para proteger los rebaños de lobos y osos.
El Perro de Montaña de los Pirineos es tranquilo y discreto durante el día y vigilante y alerta por la noche. Es desconfiado con los extraños, dominante y un poco terco a veces. Es cariñoso y protector con los niños y dulce con sus dueños. No acostumbra a llevarse bien con otros perros.
El Montaña de los Pirineos es un perro robusto, de estructura fuerte y de pecho ancho y profundo. La cabeza no es demasiado grande en comparación con el cuerpo y el hocico es ancho, bastante largo y tiende a estrecharse en el extremo. Tiene unos ojos más bien pequeños con los párpados bordeados de negro, como si los tuviera pintados. Las orejas, pequeñas y triangulares, están pegadas a la cabeza a la atura de los ojos. Tiene una cola larga y tupida. Su pelo es blanco con manchas, largo, aplastado, suave y muy espeso, más largo en la cola, los muslos y el cuello.